Colombia ha experimentado un auge en desarrollo urbano en los últimos años, y en la costa caribeña, Cartagena y Barranquilla destacan como dos de las ciudades con mayor crecimiento y atractivo para inversionistas. Aunque ambas comparten una ubicación privilegiada frente al mar Caribe, su evolución económica y urbanística muestra contrastes que los interesados en el mercado inmobiliario deben considerar antes de decidir dónde invertir
Crecimiento económico: Barranquilla como polo industrial y Cartagena como destino turístico
En términos de economía, Barranquilla se ha consolidado como un polo industrial y logístico. Su ubicación estratégica cerca del río Magdalena ha favorecido el desarrollo de una sólida infraestructura portuaria que conecta el interior del país con el comercio marítimo, impulsando un constante flujo de bienes y servicios. En los últimos años, se han establecido importantes parques industriales y zonas francas en su entorno, atrayendo empresas nacionales e internacionales.
Por otro lado, Cartagena sigue siendo el principal destino turístico de Colombia gracias a su patrimonio histórico, sus playas y su infraestructura hotelera de primera. Este flujo turístico ha generado grandes oportunidades en el sector de servicios, especialmente en áreas de hotelería, comercio y rentas cortas. La economía de Cartagena también se ha beneficiado de la industria petroquímica y de refinación, con empresas que operan en las afueras de la ciudad.
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Desarrollo urbano: Barranquilla innova y Cartagena conserva
Barranquilla ha transformado su imagen a través de proyectos de infraestructura innovadores, como el Gran Malecón del Río, un espacio que revitaliza su relación con el río Magdalena, y el Centro de Eventos Puerta de Oro. La ciudad también ha mejorado su oferta de vivienda en zonas residenciales de alta demanda como Riomar y Villa Santos, lo cual ha dinamizado su mercado inmobiliario. En los últimos años, Barranquilla ha sido reconocida por su planificación urbana, su capacidad para atraer inversiones y su crecimiento en áreas verdes, promoviendo una ciudad más moderna y organizada.
Cartagena, aunque con un enfoque turístico, también ha visto una modernización en sectores como Bocagrande, Manga y el sector norte, donde se han desarrollado proyectos residenciales y comerciales de alta gama. Sin embargo, debido a las regulaciones para preservar su casco histórico, el desarrollo urbano se ha orientado hacia la expansión en la periferia. Esto representa una oportunidad en zonas como Serena del Mar, una urbanización planeada que combina espacios residenciales, servicios de salud y educativos.
Mercado inmobiliario: oportunidades de inversión en ambas ciudades
Tanto Cartagena como Barranquilla ofrecen interesantes oportunidades de inversión en el mercado inmobiliario, aunque dirigidas a perfiles de inversión distintos.
- Inversión en renta corta (Airbnb y apartamentos turísticos): Cartagena, por su afluencia turística, es ideal para aquellos interesados en rentas cortas. Propiedades en sectores como el centro histórico, Bocagrande y Castillogrande suelen tener alta ocupación durante todo el año, lo que asegura una buena rentabilidad.
- Inversión en zonas residenciales emergentes: Barranquilla, por su perfil industrial y crecimiento poblacional, ofrece opciones rentables en zonas residenciales emergentes como Alameda del Río y La Castellana. Estas áreas presentan una demanda sostenida y precios más accesibles en comparación con zonas de alto turismo, lo que representa menores barreras de entrada y una atractiva proyección de valorización.
- Proyectos comerciales y corporativos: Barranquilla ha visto un crecimiento en el sector de oficinas, con desarrollos como el Distrito de Innovación y Tecnología. Esta área es de interés para inversionistas que busquen ingresos a través de arrendamientos de largo plazo para empresas. Cartagena también tiene oportunidades en esta línea, especialmente en el desarrollo de locales comerciales para la industria del turismo y la gastronomía.
Calidad de vida y proyectos de infraestructura en marcha
La calidad de vida en ambas ciudades ha mejorado notablemente, cada una a su manera. Barranquilla, con un enfoque en áreas verdes, educación y deporte, ha impulsado proyectos de infraestructura como el Gran Malecón del Río y nuevas ciclorrutas. En términos de movilidad, la ciudad cuenta con una red de transporte público en constante mejora, lo cual facilita el desplazamiento en el área metropolitana.
Cartagena ha focalizado sus esfuerzos en preservar su patrimonio y ofrecer servicios turísticos de primer nivel. La reciente proyección del Malecón del Mar promete ofrecer un espacio de esparcimiento y recreación junto al mar, similar al de Barranquilla. Además, su acceso a zonas de playa y su clima cálido hacen de esta ciudad un lugar ideal para quienes desean una residencia vacacional o de retiro.
La decisión de invertir en Cartagena o Barranquilla dependerá del perfil y objetivos del inversionista. Cartagena es ideal para quienes buscan rentabilidad a corto plazo en el sector turístico y en rentas cortas, mientras que Barranquilla es una opción atractiva para aquellos interesados en un mercado de vivienda en crecimiento y proyectos comerciales de largo plazo, con una economía cada vez más diversificada y pujante.
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